domingo, 26 de febrero de 2012

SINFONÍA EN EL LAGO

SINFONÍA EN EL LAGO


“Sinfonía en el lago” es una obra para todos aquellos adultos que todavía conservan en el corazón las alegrías y las ilusiones de la niñez, aquella ilusión y aquella alegría que nos servía de protección ante las cosas tristes e ingratas que rodean al mundo. Y es una obra para niños, por cuanto ha sido concebida por el corazón de un niño, por ese niño alegre y triste que marca para siempre nuestras vidas.
Y ahora que voy camino al recodo de la vida, miro hacia adelante con la misma alegría y la misma ilusión, pues siento que mi corazón va de regreso, desandando lo ya andado.

Guillermo Delgado
Wolfeschanze, Noviembre de 1995.



PERSONAJES
• Papá Pato
• Mamá Pata
• Patito 1
• Patito 2
• Patito 3
• Patito 4
• La conciencia del cazador
• El conejo “Tabito”
• El zorro “Pelos”
• La ranita “Cora”
• La ranita “Catita”
• La ranita 1
• La ranita 2
• La ranita 3
• El pajarito
• El niño travieso
• La conciencia del niño travieso
• El pequeño ángel
• Sapo 1
• Sapo 2
• Sapo 3
• Sapo 4
• Sapo 5
Todas las escenas se desarrollan en el lago y sus alrededores. Las canciones son interpretadas por los personajes en la siguiente forma distributiva.
(1) “Al agua patos” (toda la familia pato)
(2) “Los patitos (toda la familia pato)
(3) “La canción del conejo” (toda la familia pato, distribuyendo las voces tal como se indica en la canción).
(4) “Luna, lunita” (Cora y las ranitas, menos Catita)
(5) “Salta la rana” (Cora, Catita y las ranitas, distribuyendo las voces tal como se indica en la canción.
(6) “Canción del pajarito” (todas la ranitas y el pajarito)
(7) “ La canción de la ranita” ( Cora, Catita y todas las ranas)
(8) “Los sapitos del molino” (los sapos)
(9) “Sinfonía en el lago” (todos, distribuyendo las voces tal como se indica en la canción)
- La poesía “El niño travieso” es recitada por el pequeño ángel.
- Las canciones pueden ser acompañadas por panderetas, castañuelas, etc.



ESCENA 1

Cerca del lago, está un cazador a la espera de la salida de los patos para darle caza.
Sale un pato (es Mamá Pata)

Mamá Pata.- A ver… no hay moros en la costa por aquí
A ver… no hay moros en la costa por acá
A ver… no hay moros en la costa por allí
A ver… no hay moros en la costa por allá

(Mientras los patos comienzan a salir, el cazador se prepara a disparar, pero una voz lo detiene. Es un hombre horrible que aterroriza al cazador. Es su conciencia).

Cazador.- ¡Eh!... ¿Quién será esa horrible criatura?
¡Ey!... Detente intruso o te disparo. ¿Quién sois?

Conc. Caz.- ¡Ja! ¡ja!, es raro que no me reconozcas cazador de indefensos patos ¡ja! ¡ja! ¡ja!

Cazador.- Por qué habría de reconocerte hombre horrible y… ¡uf! Que feo hueles (cubriéndose la nariz) tienes un olor muy desagradable.

Conc. Caz.- ¡Ja! ¡ja!, es raro que no sepas quien soy, matapatos. Si estamos tan cerca el uno del otro (trata de abrazarlo y el cazador se retira) es más si hasta diría que somos una sola persona, (cambiando de voz, una voz amenazante). Vivo dentro de ti, soy el hombre malvado que vive dentro tuyo y mientras hagas maldades, como acabar con la vida de aquellas indefensas aves, seguiré ahí dentro (golpea el pecho del cazador con su bastón y éste cae patas para arriba).

Cazador.- ¡Ay! Me caigo.

Conc. Caz.- ¡Um! … qué tenemos aquí (coge una bolsa) vaya, vaya, vaya, quién pudiera imaginarlo, pero si son balitas de plomo. Veamos que sabor tienen. Abre la boca.

Cazador.- (Suplicante). No…por favor no.

Conc. Caz.- Abre la boca matapatos. (El cazador traga)

Cazador.- ¡Glup! ¡glup!

Conc. Caz.- (Riendo estruendosamente) ¡Um! y qué tal sabe, ¿eh? ¡Ja! ¡ja! ¡ja! Ahora veamos si la escopeta humana está bien cargada. (Patea las posaderas del cazador y suena como un disparo)¡Pum! No está mal el tiro muchacho. Pero… probemos otro tiro. (Vuelve a sonar, ¡pum!)

Cazador.- (De rodillas suplicantes) No, no por favor, ya no, te prometo que no volveré a cazar patos, te lo suplico, hombre apestocito, por favorcito.

Conc. Caz.-Así que apestocito, no. (Mirando al auditorio, como hablándoles a ellos). Creo que esta escopeta necesita más municiones (lo hace tragar de nuevo las balas de plomo) y ahora, un poco de afinamiento (le da una patada y suena) ¡Pum!

Cazador.- ¡Ay! ya no, por favor ¡ay! ¡socorro! ¡socorro!
Conc. Caz.-Ahora, sigamos practicando (lo patea tres veces seguidas. A cada golpe, suena un disparo). ¡Pum! ¡pum! ¡pum!
Cerca a ellos, los patos comienzan a cantar, no se les en el escenario. Poco a poco irán saliendo hasta colocarse a la orilla del lago. (El coro estará conformado por los patitos 1, 2,3 y 4. Las estrofas serán cantadas por Papá Pato y Mamá Pata)

“Al agua patos”
Los patitos
en el lago
ya nos vamos a bañar
ya los peces en el agua
ya comienzan a saltar
cuac, cuac.

Los patitos
van nadando
van nadando más y más
y los peces
de alegría
ya no cesan de cantar
cuac, cuac,

Los patitos
en el lago
ya nos vamos a bañar.
Ya los peces
en el agua
ya comienzan a saltar
cuac, cuac.

Ya nos vamos
acercando
a la orilla del lugar
donde todos
los patitos
vamos, vamos a cantar
cuac, cuac.

Los patitos
en el lago
ya nos vamos a bañar.
Ya los peces
en el agua
ya comienzan a saltar
cuac, cuac.
Conc. Caz.- ¡Eh!, qué hermoso. ¡Ah! Los patitos, los patitos… qué maravilla ¡Ay! Dios es tan sabio que ha hecho tan bellas criaturas, tan amarillitos y sus piquitos, y sus patitas, y sus plumitas, y…este sinvergüenza (patea al cazador y suena un disparo) ¡Pum! ¡Ay! Señor, qué belleza, qué ternura, qué alegría, qué…sinvergüenza (vuelve a patear al cazador y de nuevo suena otro disparo).
¡Um! ¿qué?, pero si ya no huelo mal.

Cazador.- Es cierto, ya se te fue el horrible olor.

Conc. Caz.- (Tiernamente). Claro, han sido ellos, que con su belleza y su canto celestial me han transformado… (El cazador, aprovechando un descuido de su conciencia, pretende apuntar contra los patos y esto hace que el mal olor vuelva de nuevo al cuerpo de su conciencia). Qué, ha vuelto de nuevo este olor desagradable (ve al cazador y lo persigue, pues se da cuenta que es él el causante de su desgracia). Matapatos, cazapatos, destructor de la naturaleza, ahora veras sinvergüenza, te voy a dar tu merecido. (Cada vez que lo golpea con su bastón, suena un disparo)

Cazador.- Perdóname, apestocito, es que la fuerza de la costumbre me traicionó y no pude resistir la tentación de verlos allí juntitos, tan amarillitos, tan gorditos, tan apetecibles, si perecen unos plumeritos…

Conc. Caz.- (Oliéndose) ves, ya no huelo, y este horrible olor se me iría para siempre si no estuvieras matando a aquellas lindas aves, matapatos (lo patea y suena un nuevo disparo) ¡pum!
Los patos se arrojan al lago y, danzando, comienzan a cantar. El hombre horrible y el cazador se sientan a mirarlos embelesados…


“Los Patitos”

En el lago están los patos
amarillos como el sol,
los patitos en hilera
van siguiendo a su papá
cuac, cuac.

Ya la tarde está llegando
y en el lago brilla el sol
los patitos
van cantando
van cantando su canción
cuac, cuac.

Ya la luna está brillando
y en el lago ya no están
los patitos
que ahora duermen
bajo el ala de mamá
cuac, cuac.
Los patitos terminan su canción y se quedan revoloteando por los alrededores. En el transcurso de la canción, el hombre horrible ha desaparecido sin que el cazador se dé cuenta.

Cazador.- (Con los ojos lagrimeantes, acongojado y sin darse cuenta que está solo). Me he conmovido hasta las lágrimas, tenias razón apestocito, he estado equivocado siempre, sólo un loco podría hacer daño a estas lindas criaturas de dios ¡eh!...dónde te fuiste. ¡Apestocito! , Apestocito! ¡Uf! Se fue extrañaré en algo su olorcito. (Arroja la escopeta al lago)
(Solemne) Si bien de sesos
tengo sólo un poco,
les aseguro amigos
que de tonto tengo
pero no de loco.

Digamos todos juntos, adiós a las armas que sólo traen el mal, y amemos y respetemos cada día a la naturaleza que es un don que nos ha dado Dios. (Se marcha).

ESCENA 2

Por un extremo del escenario aparece corriendo un pequeño conejo, es Tabito, se detiene, jadeante, y pregunta a los patitos si no han visto por allí al zorro pelos.

Tabito.- ¡Hola! Cómo están amiguitos

Todos.- Muy bien, Tabito, ¿y tú?

Tabito.- No muy bien que digamos, pues, el sinvergüenza del zorro Pelos no me deja de seguir. ¡Hum! Qué se habrá creído.

Todos.- ¡Pobre Tabito!

Papá Pato.- Ven Tabito, báñate con nosotros, el agua hoy día está más rica, rica, que nunca.

Los patitos.- Sí, Tabito ven a bañarte con nosotros.

Tabito.- No… no amiguitos, no. Los conejos somos de tierra…y…el agua me hace daño y me puedo resfriar (Tabito finge estar un poco resfriado).

Los patitos.- Tabito es un cochino.
Tabito es un cochino.
Tabito es un cochino.
Al oír esto, Tabito se cubre el rostro con las dos patitas ruborizándose.

Mamá Pata.- (En tono de reproche, no colérico). Qué es eso, patitos majaderos. Dejen en paz a Tabito, si él dice que el agua le hace daño (dudando) qué le vamos a hacer.

Tabito.- (Levantando las patas y simulando ser un monstruo, empieza a dar vueltas alrededor del lago, persiguiendo a los patitos que nadan presurosamente. Los patitos gritan, pero sus gritos son de algarabía).
Ahora verán, no les dejare una sola plumita en el cuerpo… (Sonidos guturales. Los patitos buscan refugiarse tras sus padres que no cesan de reír. Tabito, de espaldas al zorro Pelos – de cuya presencia no se ha percatado – sigue saltando y fingiendo ser un monstruo).

Zorro Pelos.- (Malicioso) ¡ji! ¡ji! ¡ji! (dirigiéndose al auditorio). Qué bien, qué bien. Que se canse el conejito, así lo agarro cansado y será más fácil atraparlo. (Dirigiendo su mirada hacia donde Tabito sigue dando brincos). Si, si, mi querido amiguito, sigue saltando. Qué delicioso será comerme un conejo saltando. ¡ji! ¡ji!
(Los patos se han reunido en el centro del lago y le indican a Tabito, con señas, la presencia del zorro Pelos).
Tabito.- (Vanidoso). Soy tan feroz que hasta ese narigón del zorro Pelos me lo tragaría de un solo bocado. La última vez que me encontré con ese zorro feo y orejudo, lo tomé de su larga nariz y lo arrojé miles de metros, luego me subí encima de él y lo tomé de esas horribles y peludas orejas (el zorro Pelos se va enfureciendo) y, cuando quiso levantarse, le propine un fuerte puñete en su fea cara y… (Mientras dice esto último, Tabito ha girado con el piño el alto y se encuentra cara a cara con el zorro Pelos. Así permanecen unos segundos. La expresión de Pelos es algo amenazadora; la de Tabito, casi sonriente, es conciliadora, como dando a entender al zorro que todo no ha sido más que una broma. Conocedores de lo que va a ocurrir, los patitos comienzan a cantar “La canción del conejo”. Es en ese momento que Tabito comienza acorrer y el zorro Pelos detrás de él. La carrera de ambos se da sólo cuando se escucha la voz del coro. Cuando no es el coro el que se escucha, se detienen a descansar, jadeantes).

“La Canción del Conejo”

El conejo va a correr
el conejo va a saltar
porque el zorro sinvergüenza
no lo cesa de seguir.

El conejo corre y salta
y parece que volara
porque el zorro va corriendo
como si no se cansara.

El conejo va a correr
el conejo va a saltar
porque el zorro sinvergüenza
no lo cesa de seguir.

El conejo sigue andando
más seguro y más pausado
porque se está dando cuenta
que el zorro se está cansando.

El conejo va a correr
el conejo va a saltar
porque el zorro sinvergüenza
no lo cesa de seguir.

El conejo ya no está
el conejo no se ve
y el zorro sin darse cuenta
que el conejo ya se fue.

lararararará larararararará
lararararará larararararará


ESCENA 3
Por el otro extremo del escenario, aparece gateando un niño de unos siete u ocho años, es el niño travieso. En la boca trae una resortera. Está buscando a las ranitas para lanzarles piedras. En un extremo del lago, se encuentran Cora y Catita, dos bellas y pequeñas ranitas.

Cora. – ¡Ay! Qué bella es la vida. El sol, el cielo azul, el lago, las flores, las mariposas.

Catita.- (Interrumpiendo). Y qué me dices de la luna, ¡Ay! Yo vivo enamorada de la luna.
(Unas ranitas se acercan a la orilla del lago y comienzan a cantar, acompañando a la ranita Cora).

“Luna, lunita”

Luna
lunita
aquí en la tierra
se ha enamorado
una ranita.

Luna
lunita
alguien te espera
todas las noches
es la Catita.

Brilla en el cielo
como una estrella,
blanca es la luna
redonda y bella.

Luna, lunita
no seas malita
ven a la tierra
por la ranita.
(Terminada la canción, todas las ranitas abandonan el lago. Sólo queda en él la ranita Catita, quien sigue suspirando incesantemente, sin dejar de observar la luna).

Niño Trav.- ¡Aja! Ahí tenemos una rana, y está bien gorda. A ver… apuntamos a la cabeza.
(Cuando va a disparar, recibe una piedra en las posaderas, lo cual lo hace emitir un fuerte alarido). ¿Quién habrá sido? (Interroga al escenario si saben quién le ha lanzado la piedra. Para esto, la conciencia del niño travieso, hace señas al auditorio para que no la delaten. El niño travieso mira al cielo y se dice así mismo). Debe haber sido un pájaro que ha puesto un huevo y me ha caído. Ya me encargaré de él después. En fin volvamos al trabajo. (Vuelve a apuntar a la ranita y nuevamente le cae una piedra). ¡Ay!

Con. N. Trav.- ¡Ja! ¡ja! ¡ja!... ¡Ji! ¡ji! ¡ji!

Niño Trav.- ¡Ah!, quien se ríe así. ¡Ah!, así que eras tú, ¿no? Ahora veras cara de… ¡eh!...oye, pero si tú tienes cara, mejor dicho, no se te ve… igual es, lo mismo te daré tu merecido. (Lanza un proyectil contra su conciencia, pero el efecto del dolor se produce en el cuerpo de él mismo, lo cual provoca una gran algarabía en la conciencia).

Con. N. Trav.- ¡Ja! ¡ja! ¡ja!, esto sí que es divertido, de veras, nunca creí que me divertiría tanto… ¡Ji! ¡ji! ¡ji!

Niño Trav.- Así, ahora veras como te diviertes más (coge un palo y golpea a su conciencia, pero al igual del caso anterior, el dolor lo siente él).
¡Ay! ¡ayayay! Oye, como haces eso ¡eh!

Con. N. Trav.- Yo no lo hago pequeño bribón, lo haces tú con tu forma de actuar. Eres un niño travieso y malo. No te da pena lanzar esas piedras contra esas indefensas ranitas y (señalando el cielo) a los pobres pajaritos. ¿Qué daño te han hecho ellas para que las estés agrediendo? Lo que pasa es que eres un niño bobo y majadero, pero ya tendrás tu merecido, ya verás (se oye el canto de las ranas). Voy a escuchar a mis amigas las ranas. Adiós niño tonto. (La conciencia se sienta al otro lado del lago y se escucha a las ranitas – que ya han regresado – cantar).

“Salta la rana”
Canta
la rana
canta el lago sí
canta que canta
canta otra vez así.

Salta
la rana
salta la rana aquí
salta
la rana
salta la rana allí.

Canta
la rana
canta el lago sí
canta que canta
canta otra vez aquí.

Por la mañana
croa la rana aquí
croa
la rana
por la mañana así.
Canta
la rana
canta en el lago sí
canta que canta
canta otra vez así.
la, la, la, la
Lalaray, lalaray (bis).


Niño Trav.- ¡Bah! Que niño más aburrido es ese. Bueno, ya que no puedo darle a esas feas ranas… (Pone cara de malicioso y frotándose las manos, mira al escenario). Les daré a los pájaros. Mes esconderé aquí, y cuando venir uno, esperare que se pare en una rama, y le arrojare mi mejor piedra. Sí, claro que sí, eso haré. No le haré caso a ese tonto sin cara que se sienta a escuchar cómo cantan esas ranas bobas… (Aparece el pajarito, y el niño travieso corre a esconderse).

Pajarito.- (Pasándose una alita por la frente y lanzando un resoplido). ¡Uf! Que cansado estoy después de tres horas de vuelo. ¡Ay! pero que lindo es ver la tierra desde el cielo. (Mirando el escenario) el mar se ve azul, azul, azul como si viéramos el cielo desde la tierra cuando no hay nubes. Y los bosques ¡Oh! Los bosques. Unas interminables alfombras verdes por donde saltan las ardillas, los conejos y (poniendo rostro ceremonioso) también el zorro pelos que nunca deja en paz a mi amigo Tabito. Bueno, qué le vamos a hacer. A mí por ejemplo, los niños malos me arrojan piedras con sus hondas. (Dirigiéndose al escenario). Se han preguntado alguna vez esos niños el dolor que debe sentir un frágil y pequeño pajarito cuando le cae una de aquellas piedras. No, no lo han hecho. Deberían lanzarse piedras entre ellos para que sientan como se sufre (gimotea).


“Canción del Pajarito”

El pajarito canta al llegar el alba
el pajarito vuela de rama en rama.

Cuando la luz el día cubre mi canto
todas las rosa rojas muestran su encanto.

El pajarito canta al llegar el alba
el pajarito vuela de rama en rama.

Cuando arriba la tarde muy despacito
yo voy sintiendo frio poco a poquito.

El pajarito canta al llegar el alba
el pajarito vuela de rama en rama.

Cuando la noche fría llega a mi nido
yo ya estoy escondido bajo la luna.

El pajarito canta al llegar el alba
el pajarito vuela de rama en rama.
lararay, lararay, lararay (bis)

(Cuando está terminando la canción, el niño travieso lanza una piedra que cae en el pecho del pajarito, el cual, adolorido y quejumbroso cae lentamente al piso, muerto).

Pajarito.- ¡Ay! Me han herido, ¡Ay! quién habrá sido… (Cae)

Niño Trav.- (Saliendo de su escondite) bravo, le di. Soy un campeón (comienza a dar saltos)
Nadie puede ganarme, soy el más grande lanzador de piedras. (Todas las ranitas se asoman temerosas para ver al pajarito herido. Luego de verlo así, se alejan lentamente, cabizbajas y cariacontecidas, colocándose a un lado del escenario. El niño travieso deja caer la reportera de su mano, y dirige su mirada al cielo, como si alguien lo llamara. Acto seguido, mira al pobre pajarito que está tendido en el suelo.
Lentamente, se acerca al animalito y postrándose de rodillas comienza a llorar).

Niño Trav.- Perdóname pajarito. No seas malito, vuelve a vivir (soba su cabeza) te juro que estoy arrepentido, perdóname… (Todo el escenario se paraliza. un pequeño ángel aparece y observa unos segundos la escena. Luego, dirigiéndose al auditorio, recita ceremoniosamente).

“El niño travieso”

Al pajarillo el pecho
golpea la piedra
del niño travieso.

Su pecho adolorido
detiene su canto;
y el niño arrepentido
musita un rezo.

Un ángel de dios
acude presuroso
y con espada angelical
revive el canto
y apaga el llanto.


(Ante el asombro del niño travieso y de todas las ranitas, el pajarito comienza a dar signos de vida.
El niño travieso abraza al pajarito y comienza a dar altos de alegría).

Niño Trav.- ¡Viva!, ¡Hurra! Desde ahora seré un niño bueno y obediente. Que todo sea alegría. ¡Vivan las ranitas! (las ranitas cantan y los demás personajes acompañan con palmas. El niño travieso desaparecerá del escenario cuando la canción esté terminando).

”La canción de la ranita”
Saltará la ranita aquí
saltará la ranita allí,
y subiendo por la montaña
la ranita me hará feliz.

Cantará la ranita aquí
cantará la ranita allí
y bajando de la montaña
la ranita me hará feliz.

Bailará la ranita acá
bailará la ranita allá
y las luces de la mañana
a los niños harán feliz.

lararay, lararay
lararay, lararay (bis)


ESCENA 4

(En el lago están sólo las ranitas. Se escuchan sonidos como de herramientas. Son los sapitos que regresan del trabajo, de la rueda del molino. Las ranitas, coquetas, se alborotan ante la llegada de los sapo).

Sapo 1.- ¡Hola! Preciosas.

Sapo 2.- Sin lugar a dudas son ustedes la belleza del lago. (Las ranitas se alborotan ante los halagos).

Sapo 3.- ¡Hola! Catita. Ya va a salir la luna.
Sapo 4.- Bueno, dejémonos de molestar a estas niñas y sigamos nuestro camino, mañana debemos madrugar, hay mucho trabajo en el molino.

Sapo 5.- ¡Ah!, díganme ranitas, por casualidad no han visto a Tabito.

Cora.- Estuvo por aquí hace un rato. El zorro pelos iba tras él.

Sapo 5.- Me lo imaginaba. Lo vimos pasar por el molino, y si no fuera porque ese zorro granuja se quedo prendido de la rueda, ya tendríamos un amigo menos en el bosque.

Sapo 2.- Y sería una lástima, pues, no hay amigo más fiel y más leal que esa linda pelotita de algodón.

Sapo 1.- Bueno chicas, nos vamos. Díganle a Tabito que tuvimos que sacar al zorro de la rueda, si por nosotros hubiera sido, lo hubiéramos dejado ahí para que se moliera junto al trigo, pero de haber sido así, el molino se hubiera paralizado. Así que ya saben, póngalo en alerta.

Sapo 3.- Y díganle también si necesita ayuda (los sapos alzan sus herramientas), que cuente con nosotros para darle su merecido a ese zorro vago, que no sabe hacer otra cosa que perseguir conejos. El más perjudicado fue el oso, pues estaba haciendo su siesta y los gritos del zorro lo despertaron. Así que ya se podrán imaginar lo furioso que está.

Sapo 4.- Bueno, dejémonos de tanta charla y vamos de una vez. Y para ustedes ranita, por alegrarnos el día con su belleza, nos despedimos dedicándoles esta canción.
(Los sapos bailan alrededor del lago hasta que termina la canción, luego saldrá por el lado opuesto del escenario a donde entran. El baile es una especie de marcha).

“Los sapitos del molino”
Un sapito cantaba
por la laguna
a la luz de la luna
cloc, cloc.

Dos sapitos cantaban
por la mañana
en la vieja cabaña
cloc, cloc.

Tres sapitos cantaban
por la colina
del viejo molino
cloc, cloc.

Cuatro sapitos cantaban
cuando se ocultaba
la luna en el monte
cloc, cloc.

Cinco sapitos bebían
del agua de un pozo
donde estaba el oso
durmiendo su siesta
cloc, cloc.

Ya los sapitos cantando
se van caminando
a dormir en el lago
cloc, cloc.


ESCENA 5

Ya es otro día. A un lado des escenario, pero fuera de él, se escuchan los gritos del conejo Tabito, quien está pidiendo auxilio. Los gritos se irán haciendo cada vez más fuertes para ir dando la sensación de aproximación. Tabito aparece corriendo y se detiene frente al lago. Alarmados por los gritos de auxilio, la familia pato se avecina al lago.

Tabito.- ¡Uf! Me salve por un pelo. Ese zorro bandido casi me atrapa cerca a la rueda del molino. Ya no sé qué voy a hacer (mira al escenario y después de levantar una de las patas y mirándosela, le dice) ya hasta mis patitas se me están gastando. (Las ranas y los patos hablan entre sí, están muy alborotados. Tabito, en tono bastante dramático dice) bien, no queda más remedio que poner fin a mi propia vida. Ustedes ¿Qué dicen? (pregunta al escenario). Me ahorcaré con mis propias manos al cuello) para que no culpen a nadie.

Los Patos.- (Alarmados). No, Tabito, no lo hagas por favor.

Tabito.- (Más dramático aun y echado en el suelo con las manos y con la voz agonizante).
Bien, sólo porque ustedes que son mis amigos me lo piden, no lo haré; está bien, está bien, no se alboroten. (El zorro pelos que ha estado a un lado del escenario mirando la “estrangulación” de Tabito, se frota las patas y ríe maliciosamente).

Zorro Pelos.- (Sarcástico) ¡Hola! Orejón, he visto la forma como te estabas estrangulando y me has conmovido, (gimoteando) no he podido evitar que las lagrimas mojen mi carita. Cómo habrás sufrido orejoncito por no haber podido ahorcarte con tus propias manos. (Tabito se sonroja, porque sabe que el zorro no tiene un pelo de tonto y que sabe muy bien que él sabe que ha estado fingiendo). Pero no te preocupes, he decidido ayudarte, así que prepara tu cuello, conejo farsante. (Se inicia la persecución alrededor del lago).

Los Patos.- Corre, Tabito, corre. Que vengan a ayudarlo, que venga alguien. (Se arma un alboroto tremendo. Los patos y los patitos corren por todo el lago, las ranas aparecen y posteriormente los sapos. Estos últimos, armados de sus instrumentos de trabajo, se enfrentan al zorro).

Sapo 3.- Detente zorro abusivo.

Sapo 4.- Ahora vas a ver lo que es bueno zorro trompudo.

Sapo 2.- Te daremos de tu propia medicina (tratan de apresarlo).

Sapo 5.- Un momento amigos. Se me ha ocurrido algo mejor. Se han preguntado por qué este rufián no ataca a las ranitas ni a los patos.

Sapos.- No.

Sapo 5.- Pues, se los voy a decir. Porque no sabe nadar. Así que ahora sí. Démosle caza a ese fascineroso y mandémoslo de cabeza al lago.
(Gritos ensordecedores de alegría. El pobre zorro. Que ha estado escuchando con curiosidad, comienza a correr desesperadamente. Está tan confundido que rápidamente es presa fácil de sus captores, quienes lo levantan en peso con la intención de lanzarlo al lago. Mecido como un niño, el zorro suplica que no lo lanzen, pues, se ahogara. La oportuna aparición del cazador y del niño travieso, logran calmar los ánimos de los enfurecidos sapos).

Cazador.- ¡Alto! Deténganse. (Dejan caer al zorro como un saco de papas).

Zorro.- ¡Ay! ¡Ay! Mi espaldita ¡ay! De mis huesitos.

Niño Trav.- Cállate zorro malo. Ahora sí te lamentas de tu suerte, no.

Cazador.- Quieren manchar acaso este lago hermoso, tranquilo y bello, con la muerte de este granuja. Quieren acaso acabar con la paz de este lugar, con el recuerdo de este zorricidio. (Todos bajan la cabeza consternados). Y tú zorro, acaso no te place vivir en un lugar tan tranquilo como este. Responde.

Zorro.- (entristecido y avergonzado). Sí.

Cazador.- Bien, entonces desde ahora comerás frutas y hierbas. (Le grita a la oreja) me has oído.

Zorro.- Sí.

Cazador.- (Preguntando a todos los presentes). Le daremos o no otra oportunidad.

Todos.- (Emocionados). Sí.

Cazador.- Bien. ¡Viva el zorro! ¡Viva el conejo! (Tabito y el zorro se abrazan. El niño travieso se sube a una roca y mirando al auditorio, grita…)

Niño Trav.- Que el bien siempre triunfe sobre el mal. Pero para que eso sea posible, respetemos la vida en el mar, en la tierra y en el cielo. Amemos a nuestros semejantes y vivamos en paz con la naturaleza, que nuestras vidas a partir de hoy día, lleven esta sinfonía en el corazón. Cantemos todos un canto a la paz y a la vida (todos comienzan a cantar, tomados de la mano y frente al auditorio. El coro estará formado por todos los presentes, menos por las ranitas, el zorro y el conejo. Estos últimos estarán al centro de todos, pero abrazados).

“Sinfonía en el lago”

Sinfonía en el lago de amor
sinfonía en el lago de paz
démosle todas las gracias a dios
por darnos todos los días su amor.

El bien siempre triunfa ante el mal
démosle a todos su oportunidad
respetemos la vida en el mar
y así habrá luz y no oscuridad.

Sinfonía en el lago de amor
sinfonía en el lago de paz
démosle todas las gracias a dios
por darnos todos los días su amor.

Este es el mundo donde vivirán
todos los niños que van a nacer
por eso juntos debemos cuidar
que no haya guerras tan sólo la paz.


Sinfonía en el lago de amor
sinfonía en el lago de paz
démosle todos las gracias a dios
por darnos todos los días su amor.

En el mañana debemos pensar
todos los seres ansiamos vivir
en un ambiente de felicidad
por eso todos debemos pensar
lo que a los hijos les queremos dar.

Sinfonía en el lago de amor
sinfonía en el lago de paz
démosle todos las gracias a dios
por darnos todos los días su amor.